Las encías retraídas, también conocidas como recesión gingival, son un problema común en la salud bucal que afecta a muchas personas. Esta condición se produce cuando el tejido de las encías se retira y se aleja del diente, dejando expuesta la raíz dental.
Hoy te hablaremos de las causas, consecuencias y tratamiento para las encías retraídas.
Existen varias causas de las encías retraídas, que incluyen:
Esta es una de las principales causas de la recesión gingival. La enfermedad periodontal es una infección bacteriana que daña el tejido de las encías y los huesos que sostienen los dientes. A medida que la enfermedad progresa, las encías se retraen y se alejan de los dientes. La gingivitis, que es la forma temprana de la enfermedad periodontal, puede causar inflamación y sangrado de las encías. Si no se trata, puede convertirse en periodontitis, una forma más avanzada de la enfermedad que puede causar la pérdida de hueso y la recesión gingival.
Si te cepillas los dientes con demasiada fuerza o con un cepillo de cerdas duras, puedes dañar el tejido de las encías y causar su retracción. El cepillado agresivo además daña el esmalte dental, la capa más superficial del diente y que la protege de las agresiones externas.
La mala alineación dental, como los dientes torcidos o la sobremordida, puede ejercer presión sobre las encías y hacer que se retraigan.
A medida que envejecemos, nuestros tejidos corporales se vuelven menos elásticos y pueden comenzar a retirarse. Esto incluye las encías, que se vuelven más delgadas y menos resistentes a medida que avanzan los años. El envejecimiento también puede aumentar el riesgo de enfermedad periodontal.
El tabaco, ya sea en forma de cigarrillos o de productos de tabaco sin humo, puede dañar los tejidos de las encías y provocar su retracción. El tabaco reduce el flujo sanguíneo a las encías, lo que debilita el tejido y aumenta el riesgo de enfermedad periodontal.
Los piercings en la lengua, los labios o las mejillas al entrar al frotarse contra las encías puede dañarlas y favorecer una posible recesión gingival.
Algunas personas pueden estar predispuestas a la recesión gingival debido a la genética. Si alguien en tu familia tiene encías retraídas, es posible que tengas un mayor riesgo de desarrollar esta condición.
La recesión gingival, tiene consecuencias negativas en la salud bucal y en la apariencia estética de los dientes. Algunas de las principales incluyen:
Sensibilidad dental: Si las encías se retraen, la raíz del diente queda expuesta. Esto puede provocar sensibilidad dental, ya que la raíz no está protegida por el esmalte dental. La sensibilidad dental causa dolor al comer o beber alimentos fríos o calientes.
Mayor riesgo de caries: Cuando la raíz del diente queda expuesta debido a la recesión gingival, hay mayores posibilidades de desarrollar caries, que de no ser tratadas a tiempo, pueden derivar en una extracción dental.
Pérdida de dientes: La recesión gingival puede provocar la pérdida de dientes, especialmente si se debe a la enfermedad periodontal. La periodontitis a la larga provoca la pérdida de hueso y de los tejidos que sostienen los dientes. A medida que los dientes pierden su soporte, se aflojan y caen.
Problemas estéticos: Las encías retraídas pueden hacer que los dientes parezcan más largos de lo normal, lo que afecta directamente en la apariencia de estética la sonrisa.
La recesión gingival lamentablemente no es posible revertirla en forma natural. Una vez que las encías se retraen no vuelven a crecer. Por lo tanto, es necesario que el paciente se someta a un tratamiento que permita atenuar las consecuencias de este problema dental.
En Clínica Dental Everest te contamos los procedimientos que recomendamos a nuestros pacientes frente a esta patología.
En los casos de encías retraídas leves, una limpieza dental profesional puede ser suficiente para eliminar la placa bacteriana y el sarro que contribuye a la recesión gingival. El dentista o higienista dental puede utilizar herramientas especiales para limpiar debajo de la línea de las encías y suavizar las superficies de las raíces expuestas para evitar que esta patología vaya en aumento..
La colocación de carillas dentales es otro tratamiento común para las encías retraídas. Las carillas son una capa delgada de porcelana o resina compuesta que se adhiere a la superficie frontal de los dientes para mejorar su apariencia. En el caso de las encías retraídas, las carillas son una opción efectiva para cubrir la exposición de la raíz del diente y reducir la sensibilidad dental.
Esta solución además mejorar la apariencia estética de la sonrisa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las carillas dentales no son adecuadas para todos los casos de encías retraídas. Si la recesión gingival es severa, es necesario considerar un tratamiento quirúrgico, como el injerto de tejido conectivo.
El injerto de tejido conectivo se realiza bajo anestesia local y generalmente se completa en una sola sesión. El procedimiento comienza con la limpieza y desinfección de la zona afectada de las encías retraídas. Luego, el dentista o periodoncista realiza una pequeña incisión en el tejido de las encías para crear un bolsillo. A continuación, se toma un pequeño trozo de tejido conectivo del paladar o de un donante y se inserta en el bolsillo, cubriendo la raíz del diente expuesta. El tejido se fija en su lugar con suturas quirúrgicas y se espera que se integre con el tejido circundante.
Aunque pareciera que este tratamiento es complicado y doloroso, por lo general, suele ser bastante predecible. rápido y no resulta molesto para el paciente. Es muy importante seguir las indicaciones del especialista para el post operatorio y mantener una buena higiene dental.
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