La sonrisa es una de las primeras cosas que notamos en una persona, y los dientes desempeñan un papel crucial en su apariencia. Cuando los dientes superiores se desplazan hacia adelante, sobresaliendo significativamente sobre los dientes inferiores, se produce lo que se conoce como protrusión dental o «dientes de conejo». Si bien esto puede afectar la estética de tu sonrisa, también influye en tu salud bucal en general.
En los pacientes que tienen un mordida correcta, los dientes frontales superiores se superponen a los inferiores con una brecha mínima de uno o dos milímetros. Sin embargo, en aquellos con protrusión, esta brecha entre los dientes frontales puede extenderse hasta un centímetro, resultando en lo que comúnmente se conoce como “dientes de conejo”.
La protrusión es generalmente el resultado de una maloclusión de tipo II, donde el maxilar crece de manera desproporcionada (se dice que está “protruido”) en comparación con la mandíbula. Este problema óseo suele originarse durante la infancia por varios factores, como por ejemplo: uso excesivo de chupete, chuparse el dedo pulgar, predisposición genética o deglución atípica (colocación incorrecta de la lengua al tragar).
A menudo los pacientes que padecen protrusión dental no pueden cerra bien los labios por la desproporción de los dientes frontales. Como consecuencia tienen dificultad en la masticación y la pronunciación de los sonidos. También puede provocar infecciones dentales, enfermedad de las encías, cambios faciales y problemas respiratorios.
Los dientes superiores que sobresalen interfieren en la alineación adecuada de la mandíbula, lo que causa molestias al masticar alimentos y, en algunos casos, puede provocar problemas en la articulación temporomandibular (ATM).
Además de los problemas de masticación, la protrusión dental también afecta la pronunciación y el habla. Los dientes desalineados pueden dificultar la correcta articulación de sonidos y palabras, trayendo dificultades en la comunicación oral.
Como ves, es importante que los pacientes que tienen protrusión dental, busquen ayuda para tratarla. La ortodoncia, incluyendo el uso de brackets, alineadores invisibles u otros dispositivos, es la clave para corregir los dientes de conejo. Estos tratamientos funcionan gradualmente moviendo los dientes a su posición correcta. No solo mejoran la apariencia de tu sonrisa, sino que también ayudan a restaurar la función normal de tus dientes y mandíbula.
La detección temprana de la protrusión dental, especialmente en niños, es esencial. Identificar y abordar los dientes de conejo desde una edad temprana puede evitar complicaciones a medida que los niños crecen. Los ortodoncistas recomiendan revisiones dentales regulares para evaluar el desarrollo dental de los niños.
Durante el tratamiento ortodóntico, mantener una higiene bucal óptima es esencial, especialmente si estás tratando los dientes de conejo. Los dispositivos ortodónticos pueden dificultar la limpieza de los dientes, lo que aumenta el riesgo de caries y enfermedades de las encías. Sigue las recomendaciones de tu ortodoncista para cuidar tus dientes y aparatos adecuadamente. El cepillado y el uso de hilo dental son aún más críticos durante este período.
Después de completar un tratamiento ortodóntico exitoso para corregir los dientes de conejo, se suele utilizar un dispositivo de retención. La retención es crucial para mantener tus dientes en su nueva posición y prevenir la recurrencia de la protrusión dental. Cumplir con el uso de la retención según las recomendaciones de tu ortodoncista es la clave para disfrutar de una sonrisa hermosa y alineada a largo plazo.
La ortodoncia es una solución efectiva para quienes quieren deshacerse de los incómodos dientes de conejo y lograr una sonrisa más alineada. Consultar a un ortodoncista es el primer paso para evaluar si este tratamiento es adecuado para ti.
En Clínica Dental Everest estamos para acompañarte en este proceso y todos los que tengan relación con la salud dental. Agenda tu hora con nosotros.
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