La caída de los dientes de leche, ocurre cuando el diente definitivo empieza a empujar desde el interior de la encía, así se afloja y cae convirtiéndose no sólo en un proceso natural al crecimiento sino en todo un evento para los niños, quienes suelen dejarlo debajo de la cabecera por la noche, esperando que el “ratoncito” se lo lleve dejando una recompensa a cambio.
La historia del famoso roedor
En el año 1894, la reina María Cristina de España encargó un cuento para su hijo Alfonso XIII, cuando perdió uno de sus dientes de leche. De ese cuento nace una de las tradiciones más entrañables de nuestra niñez y que ha traspasado generaciones.
Su creador fue el padre Luis Coloma, jesuita y miembro de la Real Academia Española. La historia contaba sobre el rey Buby, sobre nombre del pequeño Alonso XIII y el ratoncito Pérez, que vivía con su familia dentro de una gran caja de galletas junto al Palacio Real.
Recogiendo dientes
El ratoncito Pérez se escapaba de la caja de galletas y por las cañerías de la ciudad llegaba a los dormitorios de niños, pobres y ricos, que habían perdido algún diente. Iba junto a su amigo Buby quien se sentía privilegiado al ver la pobreza de muchos niños y de allí que les dejaban regalos.
Tan famosa es la historia de este ratoncito que en 2003 se inauguró una placa conmemorativa en su honor en el lugar donde el padre Coloma contó que estaba la caja de galletas en que vivía el ratoncito: Calle Arenal 8 de Madrid, España, en donde hoy se ubica la Casa Museo del Ratón Pérez.