La caída de los primeros dientes es toda una aventura para los niños. Por una parte existe cierto temor y por otra, una gran ansiedad por la visita del “Ratón Pérez” o ratoncito de los dientes.
Una moneda de chocolate por un diente de leche. Esa es la propuesta del “Ratón Pérez” o el ratoncito de los dientes, quien puede dejar bajo la almohada más de una moneda de chocolate, si el dientecito va acompañado de una carta o un dibujo que el niño deja a este lindo roedor como regalo.
El ratoncito de los dientes, recorre el mundo entero para premiar a los niños y niñas valientes, que no tienen miedo ni lloran cuando un diente suelto se cae y, al contrario, se sienten felices mientras juegan con el diente suelto hasta hacerlo caer para escribir una carta o hacer un dibujo para dejar al ratoncito.
Una aventura que de la mano de los padres y el amigo dentista, será una buena y sana aventura que se extenderá durante toda la infancia.
Papás informados y cómplices
La Odontopediatría es la especialidad, dentro de la Odontología, que se dedica a la atención de los niños. Los especialistas recomiendan que la primera atención profesional se realice tempranamente, a eso de los dos años, edad en que ya están los dientes y las primeras muelas en los dientes de los pequeños. La idea es que con las técnicas preventivas existentes, la dentadura se desarrolle sana y se evite la aparición de caries.
El doctor Oscar Torres, director clínico, Clínica Everest, explica que existen dos terapias preventivas:
· El barniz de flúor: que se aplica cada seis meses y se adhiere al diente permitiendo una mayor fortaleza de la pieza ante el ataque de las caries
· Los sellantes en los molares: una resina fluida que se ubica entre los surcos de los molares y los deja planos evitando la acumulación de placa bacteriana. Es importante que los padres tengan conocimiento de la “erupción del molar a los seis años”, el que aparece detrás de la pieza de leche y que debe ser sellado tempranamente porque será la guía para la correcta alineación de los dientes definitivos.
Ambas terapias son posibles de realizar cuando el niño tiene la capacidad suficiente para mantener su boca abierta en tranquilidad durante un periodo extenso de tiempo.
Caries antes de los seis años
El Dr. Torres, señala que estas caries tempranas en la infancia, “son provocadas por el consumo de alimentos nocturnos como mamaderas o jugos, después de lo cual no se le lavan los dientes a los niños. Es importante el cepillado nocturno, en cuanto existe un primer diente, para que los niños desarrollen el hábito de cepillarse desde temprana edad”.
Es muy importante que al detectarse caries en los niños, estas se traten de manera inmediata a través de restauraciones que no provocan mayor trauma, como asegura el especialista, “se aplica un material especial. Si las caries son más profundas se realiza un tratamiento conducto o la extracción de las piezas pero el ideal es nunca tener que extraer tempranamente un diente de leche”.
Los dientes de leche o dentadura de la primera infancia tienen raíces por lo que se pueden producir las mismas patologías que en los dientes definitivos, “por eso es que hay que tener cuidado especial en mantenerlos sanos y limpios”, sentencia el Dr. Torres.
Cambiando los dientes de leche
Cuando los dientes de leche comienzan a soltarse es porque vienen erupcionando los dientes definitivos. El especialista detalla: “El ‘capuchón’ que envuelve la pieza definitiva va reabsorbiendo la raíz del de leche y éstos se van soltando hasta que termina adherida, solamente, la corona a la encía y después se caen”.
En ocasiones un diente definitivo comienza a aparecer detrás del diente de leche pero como confirma el especialista, esto no implica un problema mayor porque, finalmente, el diente de leche caerá. De no ser así, es necesario visitar al dentista y tomar radiografías para ver cómo viene posicionado el definitivo.
Mantener los dientes de leche es importante porque estos aseguran el lugar del diente definitivo, especialmente en el caso de las muelas que aparecen a los 11 ó 12 años. Además son importantes en su desarrollo por el crecimiento ósea o la correcta alimentación.
Uso del “chupete” o el dedo en la boca
El doctor Torres, señala que se trata de, “un mal hábito que si sobrepasa los dos años y medio provoca deformación del hueso y, muchas veces, dificultades futuras en la fonación”.
Clínica Everest recomienda visitar al Odontopediatra a partir de los dos años y cada seis meses para mantener la salud bucodental de los niños.