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¿Qué es la endodoncia?

La endodoncia es un tipo de tratamiento que se realiza en odontología y consiste en la extirpación de la pulpa dentaria y el posterior  relleno y sellado de la cavidad pulpar con un material inerte. Se le conoce también como tratamientos de conductos

Es una especialidad reconocida desde el año 1963 por la Asociación Dental Americana y los odontólogos dedicados a esta técnica se llaman endodoncistas.

La terapia se aplica en piezas dentales fracturadas y con caries profundas que presentan lesiones en el tejido pulpar. Son procesos irreversibles que producen dolor continuo y permanente y que aumenta con los estímulos de frío, calor, dulce o ácido.

¿Para cuándo está indicada?

La endodoncia siempre estará indicada para dientes que sean posibles de restaurar en buena forma, de lo contrario, se recomienda la extracción o exodoncia, en especial, cuando hay fracturas, perforaciones o enfermedad periodontal avanzada en que el soporte de hueso sea insuficiente.

¿En qué consiste?

La técnica consiste en limpiar el sistema de conductos radiculares del tejido necrosado, bacterias, entre otros. La limpieza de los conductos se realiza en forma manual o con instrumentación biomecánica.

Los conductos se irrigan permanentemente durante la instrumentación con  líquidos antibacterianos de manera de obtener una desinfección total de ellos.

Fases del tratamiento

Para el diagnóstico es imprescindible asegurar que la lesión ha alcanzado la pulpa y ha producido una lesión irreversible en ésta; además se obtienen otros valiosos datos sobre la anatomía y número de raíces y si hay alguna otra afectación, por ejemplo, un abceso periapical.

Las fases del tratamiento de endodoncia son:

·      Anestesia.

·      Aislamiento.

·      Apertura.

·      Conductometría o medición de longitud de los conductos: se realiza mediante métodos convencionales como las limas o electrónicos como el localizador electrónico de ápice (LEA), de esta manera, se encuentra  la distancia que hay hasta el ápice o punta de la raíz y se corrobora con la radiografía de conductometría.

·      Obturación: consiste en reemplazar el contenido natural patológico de los conductos radiculares por materiales inertes bien tolerados por los tejidos próximos a la raíz dental. La finalidad es sustituir la pulpa dental destruida por la infección o extirpada, por una masa inerte y evitar de esta forma infecciones posteriores.

·      Control: al final del proceso, se utiliza la radiografía para comprobar el resultado final, verificando que se hayan rellenado por completo los conductos radiculares así como una buena longitud de los mismos. Si se produce una sobre obturación de los conductos, es decir, que el relleno pase más allá del ápice, puede producirse una severa inflamación de la zona del periápice  que resulta muy dolorosa. También es posible verificar si el relleno queda corto lo que no asegura un buen resultado del tratamiento.

El material ideal de sellado debe ser de fácil manipulación y con un tiempo de fraguado adecuado, buena adhesividad, insoluble, estable, de fácil eliminación con disolventes, no pigmentarse, biocompatible, no cancerígeno y producir un sellado  adecuado.

Clínica Everest recomienda un control radiográfico del tratamiento a los seis meses de efectuado, como una forma de asegurar el éxito del mismo.

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