El cuerpo humano es un todo, es por ello que síntomas como mareos, otitis, contracciones musculares y pérdida del equilibrio pueden ser originados también por una disfunción dentaria.
Según el profesor Werner Becker, presidente de la Unión de Odontólogos Naturistas de Alemania, “la mandíbula y la columna vertebral forman una unidad”. Tal es así que, en ciertas personas, la llamada “mordida cruzada”, en la que la mandíbula inferior se antepone a la superior al cerrar la boca, puede producir escoliosis, es decir, una desviación lateral de la columna.
Por ello, los ortodoncistas actualmente contemplan los dientes, la mandíbula y el resto del aparato motor como una unidad en la que un problema en uno de sus sistemas u órganos puede causar síntomas en los otros, por más alejados que estén del que los origina.
El motivo reside en la tensión de la musculatura mandibular al intentar corregir un error en la constelación dental. Estos músculos manejan movimientos de una exactitud de centésimos de milímetro, de allí su influencia en los músculos adyacentes. Una desviación de un milímetro en la mandíbula provoca una desviación compensatoria en la columna de un centímetro. Esto a su vez origina contracciones musculares y hace que las vértebras se desplacen.
Una relación fácil de percibir
Especialistas señalan que la relación entre la mandíbula y los dientes con la columna puede percibirse fácilmente, a través de simples ejercicios, como por ejemplo: pararse descalzo, abrir y cerrar la boca, lentamente, y comprobar en qué lugar se rozan los dientes. Luego, colocar un libro delgado debajo de los pies, y repetir el ejercicio. También mover las mandíbulas lentamente hacia los costados, ayuda a percibir mejor no sólo la boca y los dientes, sino también su relación con el resto del cuerpo.
Cuando el encaje entre la mandíbula superior y la inferior falla puede afectar a órganos cercanos y también otros más alejados, es lo que se denomina, Disfunción Craneomandibular (DCM).
Causas
La DCM puede ser causada por una posición incorrecta de la dentadura, dientes faltantes, obturaciones o coronas dentales de mala calidad. También el bruxismo apretar los labios o morder lápices, pueden provocar contracturas musculares en la mandíbula y músculos adyacentes, cuyos efectos reflejan, por ejemplo, en la musculatura del cuello y, más allá, en los paravertebrales y otros músculos de la espalda.
Tratamientos
El ortodoncista es el especialista en estos casos. Por lo general, el profesional, intentará redireccionar el crecimiento dental y óseo de zonas bloqueadas. Para ello utiliza un aparato de ortodoncia que no es fijo y está formado por dos estribos bucales hechos de alambre de acero de 1, 2 mm de espesor.
Los estribos son sostenidos por una placa de plástico y sirven para reconstruir las funciones fisiológicas orales normales. Con él se puede lograr el cierre correcto de labios, prolongación de mandíbula, reorientación de lengua y dentadura, entre otros. Asimismo, influye directamente en una postura corporal armónica.
Este tratamiento se aplica tanto en niñ@s como en adultos.
Clínica Everest señala que la tendencia a consultar a un dentista cuando se sufre de dolor de cabeza, espalda, y hasta zumbidos o en el oído va en aumento. Si estos síntomas se vuelven crónicos y no se halla su origen fisiológico, es recomendable recurrir a un experto en ortodoncia y controlar el estado de la dentadura y el aparato óseo bucal.
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