Existe una considerable lista sobre las razones por las cuales se puede perder un diente, en su mayoría razones asociadas a la edad y a accidentes. No obstante, en esta ocasión veremos qué sucede post caída de la pieza dental, ya que el soporte de los dientes (hueso alveolar) se va reabsorbiendo, esto al no recibir estímulo alguno (verbigracia, la presión al masticar), generando serios problemas de salud y estética facial. Es así como llegamos a la solución propuesta por especialistas y tema de este artículo: la cirugía de regeneración ósea dental.
Esta cirugía bucal recién mencionada consiste en recuperar el nivel y la calidad de la masa ósea perdida en los maxilares, ya que muchas personas no conservan el hueso alveolar en condiciones óptimas. Las técnicas de injerto óseo se utilizan en implantología con el objetivo de colocar piezas dentales artificiales.
Dentro de las causas que generan estos problemas de pérdida de masa ósea, se reconocen patologías como la periodontitis, la osteoporosis e infecciones, como también la atrofia o traumatismos dentales severos. Es de suma importancia que el paciente cuente con un buen tejido óseo para poner los implantes, de lo contrario estos no podrían sostenerse en la boca por mucho tiempo, existen muchos casos en que los pacientes llevan un largo periodo edéntulos (sin dientes), es decir, cuentan con una pérdidas de hueso más significativas, en estos casos se hace necesario utilizar una técnica de regeneración ósea.
Técnicas en la regeneración ósea dental
La cirugía de regeneración ósea dental engloba a tres principales técnicas para alcanzar sus resultados: el empleo de células madres, la utilización de plasma rico en factores del crecimiento y los injertos autólogos. Los odontólogos estiman que el área del hueso necesaria para realizar un implante exitoso, como mínimo, debe tener unos 10 mm de altura y unos 5 mm de espesor.
Con el uso de células madre en la colocación de implantes dentales, se hace posible que la recuperación del paciente sea en menor tiempo, y en aquellos casos en los que se presenta una pérdida ósea por enfermedades, o donde la estructura necesaria de hueso dental sea muy pequeña, la utilización de esta técnica permite la creación de dientes totalmente artificiales que, al instalarlos sobre la dentadura del paciente, se produce una regeneración ideal del tejido entre ambas partes.
Por otra parte, el uso de plasma tiene como misión aumentar el número de plaquetas y factores de crecimiento derivados del plasma, y a la vez estimular la capacidad del cuerpo para curar las lesiones de manera natural. Por último, un injerto autólogo se hace necesario cuando el paciente no presenta tejido alguno; es decir, carece de hueso, grasa, mucosa o piel; en este procedimiento de reconstrucción ósea se toma tejido del propio cuerpo del paciente o de un donante.
Tratamiento en la regeneración ósea dental
El tratamiento de regeneración ósea parte con un diagnóstico inicial, en esta etapa el especialista estudiará las viabilidades y qué técnica convendrá hacer en cada caso. Para lograr esta primera fase se utiliza una imagen escáner, la que podrá entregar la información básica: altura, anchura y las características del hueso del paciente.
Después de la fase de diagnóstico y una vez realizada la intervención, comienza el proceso de rehabilitación dental, fase en la que el paciente deberá esperar a que la técnica de regeneración ósea haga su trabajo y genere el nuevo hueso. Cabe mencionar que existen alternativas a la cirugía de regeneración ósea dental, como las dentaduras postizas o las prótesis removibles, posibilidades que se ocupan cuando las técnicas de regeneración no se pueden realizar.